viernes, 24 de junio de 2011

INDECENCIA LEGISLATIVA

INDECENTES
Por Isabel Sepúlveda

La indecencia y el pudor no sólo atañen a cuestiones físicas. Indecencia es también sinónimo de hipocresía, cinismo e irresponsabilidad. El pudor, a su vez, significa dignidad, congruencia, humildad en la victoria, reconocimiento de los errores propios y aceptación de sus consecuencias.

La actitud de los responsables de los hechos suscitados en tres organismos públicos, que han indignado a los jaliscienses, bien puede ser calificada como indecente: los presuntos actos de corrupción del Auditor Superior del Estado, Alonso Godoy; la administración del ex director del SIAPA, Rodolfo Ocampo, que le ocasionó un grave desastre financiero y administrativo; y el ofensivo aumento salarial que se autorregalaron los consejeros del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco (IEPC).

Pero más allá de la responsabilidad directa de los funcionarios, actuales y recientes, de la ASEJ, el SIAPA y el IEPC, en los tres casos tienen que ver los 39 diputados que integran el Congreso local, simplemente porque si les paga es para que cumplan el objetivo de su puesto: trabajar para mejorar la calidad de vida de la población que habita en el Distrito que representan. Los diputados plurinominales, ya se sabe, sólo representan a sus jefes políticos y los intereses del grupo de poder que nos los impone, cosa que en la práctica también hacen los demás legisladores. Pero eso no los exime, a ninguno, de su obligación de llamar a cuentas a quienes han abusado de su empleo público y/o, en su caso, recurrir a los medios legales para exigir a la instancia correspondiente tomar cartas en el asunto.

En el Congreso existen Comisiones legislativas encargadas de revisar la situación y necesidades de todas las áreas de Gobierno. Cada diputado forma parte de varias Comisiones, por lo tanto, insistimos, tienen incumbencia en los escandalosos hechos de esos organismos.

En particular la tienen los legisladores integrantes de la Comisión de Vigilancia, encargada de todos los asuntos relacionados con la ASEJ y su titular, pero en vez de hacer con seriedad y eficiencia su trabajo, es una vergüenza su desempeño para definir los términos de la salida o permanencia del Auditor todavía en funciones, ¡revisando las cuentas públicas!

En todas las ocasiones en que han sido citados para acordar la destitución o permanencia de Godoy, sólo han demostrado que su último interés es poner orden en la Auditoría y hacer lo necesario para que el Auditor responda a los cargos que se le imputan. Se han deshecho en excusas, faltas, explicaciones legaloides y verdades que no concretan por falta de acuerdos. Todo para no comprometerse; por miedo a plantarse con firmeza, con convicciones, con dignidad, con congruencia: con pudor.

Pero si no saben o no quieren hacer su trabajo significa que no están capacitados para su puesto. Entonces no tienen derecho a ser votados de nuevo para ningún puesto de elección popular: diputado local o federal, Alcalde, regidor, Gobernador, senador o Presidente de la República. Tampoco son aptos para ser empleados públicos o funcionarios de cualquier nivel. En la Iniciativa Privada ya les hubieran despedido y ni carta de recomendación les darían, por abandono de responsabilidades, daños y perjuicios a la empresa. Aun si el problema está en los intereses de los jefes políticos a quienes, mientras no tengamos reelección (¡Reforma Política YA!) deben su curul, llámense Emilio González, Francisco Ramírez Acuña, Raúl Padilla, Hernán Cortés o quien sea, hagamos que sepan que su carrera política ha terminado.

Tome nota y no olvide los nombres de los integrantes, de todos los partidos, de esta Comisión: Salvador Barajas del Toro, Alfredo Argüelles Basave, Enrique Aubry de Castro, Elisa Ayón Hernández, Jesús Casillas Romero, Isaías Cortés Berumen, José Antonio De la Torre Bravo, Olga Araceli Gómez Flores, Ana Bertha Guzmán Alatorre, Omar Hernández Hernández, José Noel Pérez de Alba, Patricia Elena Retamoza Vega y Francisco Rafael Torres Marmolejo. Tampoco debemos olvidar el nombre de los coordinadores de fracción parlamentaria, también responsables de esta tragicomedia legislativa: Roberto Marrufo (PRI), José Ma. Martínez (PAN), Raúl Vargas (PRD) y el ya mencionado Enrique Aubry (PVEM).

A todos ellos les toca asumir las consecuencias de su actuar, y si le vuelven a pedir su voto... allá usted si se los da.







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Fecha de publicación: 24 Jun. 11